La mujer y los niños

Al poner en el título la mujer y los niños me refiero a la mujer a la que le limpio (de la que os hablaba en la entrada anterior que me pagaba 4 euros la hora, pues esa) y los niños son sus dos hijos, una niña de 10 años y un niño de 12. Son tan peculiares, que he decidido dedicarles toda una entrada.

Empecemos por la mujer. La mujer es una recién divorciada (hace cuatro años), cuarentona, que gana mucho dinero. Como ya os dije, vive en un chalé bastante grande, con 6 dormitorios, 4 baños todo repartido en dos pisos, un amplio comedor, una cocina, gimnasio, jacuzzi, sauna, piscina y un gran terreno con jardín.

Yo me dedico a planchar por las mañanas 2 o 3 horas la ropa, y luego a limpiar. Lo que entendemos por ropa la gran mayoría no es lo único que plancho, sino que plancho ¡TODO, ABSOLUTAMENTE TODO! Vamos que a mí no me gusta nada planchar, lo odio, de hecho me compro ropa que no hay que planchar adrede para no tener que hacerlo, pero aquí me he sacado un master en plancha. Esta mujer quiere que le planche la ropa que de normal se arruga bastante, y a parte quiere que le planche las camisetas de algodón que de normal no se arrugan nada, la ropa de deporte (fíjate tú para que coño querrá que le planche la ropa de hacer deporte, se pensará que igual se va a correr y encuentra al amor de su vida, y no vaya a ser que le vea una arruga y ya no quiera nada con ella), los bañadores (darte un baño con el bañador planchado debe ser que será más placentero), los pijamas, las toallas (según ella para que ocupen menos espacio en el armario), los trapos de cocina (sí, sí, sí, como lo leéis), y por supuesto las sábanas (como no las vas a arrugar una vez te acuestes. Pero lo que más gracias me hace es, que una vez las quita de la cama para lavarlas, las echa a la lavadora hechas un tramujo, en vez de meterlas en la lavadora dobladas, luego sólo sería plancharles las rayas que se han quedado por doblarlas). Vamos, resumiendo, que plancho todo menos la ropa interior.

Una vez lo plancho, lo de los niños lo ordeno en los armarios, pero lo de ella no me deja, así que se lo dejo bien dobladito o extendido encima de la cama. Pues ella pasa esa ropa a un sofá que tiene, y ahí, evidentemente se vuelve a arrugar, con lo cual muchas veces me vuelve a dejar ropa que ya le he planchado para que la vuelva a planchar, y mi pregunta es ¿tanto cuesta dejarlo en su sitio? Claro como ella no lo plancha, ¡qué más le da que se vuelva a arrugar!

Por otro lado, lo de esta mujer no se si se puede llamar vaguería, comodidad, o tener un coño bien grande  necesitar chacha para todo. Pongo una lavadora, y si no me da tiempo a tenderla, ella no es capaz de tenderla, al día siguiente me la encuentro tal cual la dejé yo, en la lavadora (le da igual que pueda oler a humedad al día siguiente), pongo el lavavajillas y si no ha terminado cuando me tengo que ir, lo mismo, me lo deja ahí hasta el día siguiente que lo recojo yo. Vamos, la vaguería llega a extremos totales cuando para irse a dormir no quita ni siquiera las cosas que tiene encima de la cama, las aparta en un ladito y se acuesta. Esta costumbre también la tienen los niños, más complicada todavía, ya que duermen en camas de 90, con lo cual debe ser más incomodo dormir con cosas en los pies, que cosas en un lado de la cama, vamos pienso yo.

Por otro lado es bastante guarra cochina, no le molesta la suciedad visible. Cuando fui a hacer la entrevista, pasó por al lado de un envoltorio de plástico que estaba en el suelo y no lo recogió, y literalmente, pasó por encima de un trozo de rosquilleta que estaba en el suelo, bastante grande y visible, y tampoco lo recogió. ¡Aluciné en colores! Se ve que el suelo de su habitación es la basura municipal, porque ropa que se compra, etiquetas que tira al suelo y ahí las deja, hasta que llego yo y las recojo. De normal no me deja hacerle la cama, pero hubo un día que llevaba mucha prisa y me dijo que se la hiciera. Ella de normal para hacerse la cama, estira un poquito las sabanas y ya está. Yo le desmonté toda la cama, para volvérsela a hacer y bueno, bueno, aquello era otro basurero municipal, ahí había de todo, rosquilletas, migas, pañuelos, uñas postizas, etc.

Respecto a los niños, son los típicos que no hacen NADA. Lo primero que me dijo cuando hice la entrevista es que sus hijos no hacían nada porque ella no les había dado ningún tipo de autonomía, con lo cual yo por las tardes iba para recoger las cosas que se dejaban por el medio del comedor, prepararles la cena, ayudar a la niña a bañarse y arreglar toda la cocina después de que terminaran de cenar. Podéis imaginar, lo duro que se me hace ver que dos niños de 10 y 12 años no hacen su cama, que no recogen las cosas que se van dejando y que ni si quiera recogen el plato cuando comen o cenan.

Las tareas que hago con los niños es hacerles las camas, ordenar las habitaciones, recoger la ropa que se dejan EN EL SUELO (no la dejan en la cama, no, tal cual se la quitan la dejan en el suelo, sea para lavar o no), recoger todo lo que se dejan en el comedor, recoger los platos y todo lo que se dejan en la mesa después de comer, cenar, desayunar y merendar, prepararles el desayuno o la cena, prepararles el almuerzo, y ayudar a la niña a bañarse, porque con 10 años aun no sabe ¡¡lavarse el pelo sola!! En fin, es para matar a los padres, porque estos niños si con esas edades no hacen nada de eso, ¿qué futuro les espera? Uno en el que necesiten una persona que se lo haga todo.

Los armarios de los niños es un desorden total, os hablo de un armario empotrado de tres puertas, en el cual toda la ropa en vez de estar colgada o guardada en cajones, está en montones.

La primera semana ya me quedé a dormir una noche con ellos. Para mí fue de lo más incomodo, porque al igual que con el niño al que cuido o con la niña a la que doy clases no me ha costado nada interactuar con ellos, con estos dos niños no hay manera.

La niña es la típica tontita que tiene 10 años pero parece que tenga 5 o 6 años. Es inaguantable, y además muy mentirosa. Le he pillado varias mentiras, de cosas que me había dicho la madre, como por ejemplo decirme que ellos de normal se iban a dormir a las 11 de la noche, cuando su madre me dijo que ella se tenía que ir a las 9:30 a dormir.

El niño es el típico reservado que no quiere saber nada de mí. No me saluda cuando estoy en la casa limpiando, el día que me quedé a dormir no quiso jugar a ningún juego de mesa con la niña y conmigo, cuando los recogí del colegio él iba cuatro pasos más hacía delante que nosotras, no quiere mi ayuda en ningún momento, etc. es bastante rarito, además en su cuarto le pillé que tenía guardados los envoltorios de unos bombones, las bolsas del almuerzo plegaditas (su madre les pone el almuerzo en bolsas para congelar) y el papel de aluminio super plegadito también.

Cuando me quedé fue de las 16 de la tarde hasta las 21 del día siguiente, pues fueron los dos días más largos de mi vida, un aburrimiento total. Al día siguiente del día que me quedé a dormir, les dije que esa tarde iba a recogerlos, que se esperasen como el día anterior, en el mismo sitio. Pues nada más lejos de la realidad, estoy esperándolos y de repente pasan fugaces, tipo flash por al lado mío y pienso ¿dónde van?, y veo que se dirigen hacia la puerta de salida, en eso que me voy corriendo y cojo al niño de la camiseta y les digo ¿dónde vais? A buscarte me responde la niña (en su línea trolas) y el niño me dice, yo estaba siguiéndola a ella, y les digo, si os dije que me esperarais donde ayer, además mucha pinta de buscarme no teníais, vamos que querían hacer un escape totalmente.

En fin, estos son la mujer y los hijos, peculiares como os decía al principio ¿verdad?

¡La suerte me sonríe!

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Llevo una semana que apenas me he podido sentar a leer vuestros comentarios y a leer vuestros blogs, pero esta vez ha sido por una buena noticia, así que me vais a perdonar si estos días estoy un poquito ausente, en los ratitos que pueda iré leyéndoos, porque no quiero perder el hilo de vuestros blogs, y menos mal que las entradas se pueden planificar, porque sino…

ADVERTENCIA: esta entrada va a ser bastante larga, ya que tengo muchas cosas acumuladas que contaros.

Para aquellos seguidores nuevos que no lo sepan, durante el curso escolar he estado trabajando en dos casas, en una dándole clases particulares a una nena de 7 años, ayudándola con las matemáticas, y en otra cuidando a un niño de 10 años por las tardes, ayudándolo también a estudiar.

La nena empezó el curso sacando un 3 en matemáticas y finalmente ha mejorado considerablemente la asignatura, terminando el curso con un 9.

El niño pasó de suspender tres el trimestre pasado, a este último no suspender ninguna, y ha pasado de decir que odia naturales y sociales, a decir que le gustan.

Personalmente estoy muy orgullosa del trabajo que he hecho con ellos, porque veo que realmente los niños han mejorado muchísimo gracias a mi ayuda.

Una vez terminado el curso, mi trabajo también finalizó hasta el próximo curso, así que me encontraba sin trabajo, ¡otra vez!

A finales de mayo (no quería que me pillase el toro y no encontrar ningún trabajo) me puse a echar currículums en los centros comerciales, a través de las páginas web, y por medio de una página web de búsqueda de empleo de niñera, cuidado se personas mayores, clases particulares, cuidado de animales y empleada de hogar (a mí realmente me da igual en que trabajar, mientras me de dinero para sobrevivir). En esta página no sólo me he inscrito en ofertas a finales de mayo, sino que me he inscrito a todo aquel anuncio que me ha interesado.

A principios de junio, una mujer me contestó a la inscripción que había hecho yo a su anuncio. Su anuncio era que ofrecía empleo a una chica para limpiar su casa por las mañanas cinco días a la semana (de lunes a viernes), cinco horas al día, y por las tardes cuidar de los niños (dos niños de 10 y 12 años), dos horas tres días a la semana, dos semanas al mes. Las horas extras que hiciera por pernoctar (ya que a veces hacía viajes de negocios durante varios días) me las recompensaría con días libres. Por ello ofrecía un sueldo de 400€ y contrato indefinido, con pagas extras y vacaciones incluidas.

Unos días antes me habían llamado de una cafetería/heladería para hacer una entrevista.

La entrevista en la cafetería/heladería estuvo muy bien, porque fue de las pocas a las que he asistido que el entrevistador es medianamente majo y me puedo explayar tal y como soy yo. La entrevista fue en grupo, nos citaron a cinco personas (chicos y chicas) a la misma hora, nos sentaron en una mesa, nos explicó las condiciones del trabajo:

-Un contrato inicial de 16 horas, que podía ser para cualquiera de las cafeterías que había en mi ciudad, pero sobretodo era para las dos ubicadas en el centro. Se podían hacer horas extras (seguramente al ser verano y ser en el centro íbamos a hacer más horas de las que nos tocaban y sin previo aviso, es decir, que una vez allí nos podían decir que nos quedáramos más horas). En el centro la cafetería/heladería cerraba a las 2 de la madrugada, las horas extras no se pagaban, sino que te las devolvían en días libres, pero al haber tanta faena, podía ocurrir que se acumularan muchas horas sin tener días libres, y que por razones de mucha faena no pudieran darnos días libres, así que había que hablar con recursos humanos para pedir que nos subieran el contrato a 30 horas. Todo esto por un sueldo de 600€ brutos y contrato de tres meses, con posibilidad de renovación.

Posteriormente, fue uno por uno, preguntándonos que podíamos aportar a la empresa, qué sabíamos hacer, dónde habíamos trabajado, y luego nos preguntaba algunas cosas tipo sabes hacer comida de caliente, sabes servir mesas con bandeja, etc. Yo fui la última a la que preguntó, así que me benefició en cuanto a que vi todas las preguntas y contestaciones de todos los candidatos.

Al día siguiente, si te seleccionaban, te llamaban para hacer un pequeño curso de formación. Yo salí muy contenta de la entrevista, pero no quería ilusionarme, porque otras veces había salido contenta, y no me habían seleccionado, pero esta vez ¡sí me llamaron!

Un día antes de ir al pequeño curso, tuve la entrevista con la mujer. Todo lo que me dijo también me gustó, la mujer era muy agradable y vivía al lado de mi casa. Entonces le dije que me habían hecho una entrevista de una cafetería y que quería pensármelo, que ya le diría algo al día siguiente. Me dijo que ella tenía a dos chicas más por entrevistar y que también me diría algo. Ese mismo día estuve dándole vueltas a los pros y los contras de ambos trabajos:

 CONTRAS

CAFETERÍA                                            CASA DE PARTICULAR

 -Salir a altas horas de la madrugada.                    -Menos sueldo.

-Trabajar en el centro.

-Un trabajo bastante explotador.

-Muchas horas extra sin recompensa.

PROS

CAFETERÍA                                            CASA DE PARTICULAR

-Sueldo más alto que en la casa.                               -Trabajo al lado de casa

En un principio, a pesar de que tenía más contras la cafetería, iba a coger ese trabajo, ya que era más dinero, y un trabajo considerado «de verdad» cara a la sociedad, ya que dar clases particulares, cuidar niños y ser empleada de hogar no es considerado un trabajo «serio o de verdad» (para mí sí, ya que me da dinero, pero para la gran mayoría de personas no). Pero todo el mundo me aconsejó que cogiera el trabajo de empleada de hogar, ya que lo tenía al lado de casa. En el otro, aunque era más dinero, ese dinero me lo iba a gastar en gasolina o en metro. Finalmente, le dije a la mujer que si estaba interesada en que empezase, a mí me interesaba más lo que me ofrecía ella que el otro empleo, me dijo que sí, así que empecé a la semana siguiente.

Al encontrar este trabajo, como me ocupaba todo el tiempo, ya que la primera semana ya pernocté y todo, dejé de buscar más trabajos.

Pocos días después me llamaron de una juguetería (que personalmente me encanta, ya que son juegos educativos, muy difícil de encontrar en cualquier otra juguetería) para hacerme una entrevista, pero le dije que no me interesaba a la chica porque había encontrado otro trabajo. Mi chico me dijo que debería haber hecho la entrevista, y en realidad tenía razón, así que me sentí un poco mal por haber rechazado un trabajo.

Unos días más tarde me llamaron para hacer una entrevista de Carrefour, y por supuesto aquí dije que sí, siempre había soñado que me llamaran de Carrefour y nunca lo habían hecho. La entrevista de Carrefour fue ¡horrible! Nos citaron a cuatro chicas a la misma hora, pero la entrevista no era en grupo, así que estuvimos esperando durante horas, yo fui la penúltima en entrar y la espera se me hizo eterna. Cuando entré con el hombre (super serio y rancio) empezó a preguntarme empleo por empleo (uno por uno y he trabajado en muchos sitios) que aparecía en mi currículum por qué había dejado de trabajar ahí. Salí sabiendo claramente que no me iban a llamar, porque la entrevista fue cortísima (para todas las horas que tuve que esperar) y ni si quiera me explicó las condiciones del trabajo.

Esa misma semana me volvieron a llamar los de la cafetería/heladería para preguntarme si seguía interesada en el puesto de empleo, pero como no podía compaginarlo con lo de empleada de hogar, les dije que ya había encontrado trabajo.

Unos días más tarde mi tía me llamó ofreciéndome un empleo para cuidar a una señora, ya que una amiga suya se lo iba a dejar y necesitaban encontrar a otra persona. Era para trabajar 4 días a la semana, tres horas, para ir a comprar, a la farmacia, hacerle la comida y las cenas a la señora, estar pendiente de que no le pasara nada, etc. Cobrando a 7€ la hora. Le dije que sí me interesaba, llamé a una de las hijas de la señora, pero me dijo que se iban a esperar a ver si su madre podía apañarse por sí sola, así que de momento no buscaban a nadie.

Al decirle a mi tía que me habían dicho que no, me dijo que su amiga también se iba a dejar una casa en la cual limpiaba, por si me interesaba, le dije que sí. Era limpiar un día a la semana, tres horas, por 10€ la hora, ¡estaba genial! Me dijo mi tía que le daría al chico mi teléfono y que él ya me llamaría, pero a mí nadie me llamó.

Terminó el mes de junio y cobraba mi primera nomina por trabajar en la casa de la mujer. ¡Cuando vi lo que cobré me quedé muerta! Después de todas las horas que había hecho, después de toda la faena que hacía, después de ver la pasta que tenía la tía y me paga una miseria, porque resulta que lo que me había dicho era en bruto no en neto, así que se me quedaba una caquita de vaca. ¡Ese trabajo era un gran timazo, a 4€ la hora es una miseria para todo el trabajo que hago!, porque no os he dicho que vive en un chalé enorme, ya que es controladora aérea (gana una pasta gansa).

Después de ver la nomina, me cabreé, lloré, pataleé, y me puse muy triste, ya que había rechazado dos trabajos, (sobre todo, me enfurecía mucho haber rechazado hacer la entrevista en la juguetería, ya que me hubiera encantado trabajar ahí) por coger ese y había resultado que era un timo de trabajo.

De repente, después de pasar un fin de semana de bajón lamentándome y arrepintiéndome de mis decisiones, llamé a la cafetería/heladería para preguntar si el puesto que había rechazado dos día antes seguía vacante, pero lamentablemente ya lo había cubierto. La chica muy amable me dijo que le volviera a mandar el currículum para tenerme en cuenta en alguna próxima vacante.

Esa misma tarde, para mi sorpresa, me volvieron a llamar de la juguetería para hacer otra entrevista, y por supuesto, esta vez dije que sí me interesaba. Es como que el mundo había oído mi arrepentimiento de haber rechazado el hacer una entrevista en esta tienda, y me daba una segunda oportunidad que no podía rechazar.

Al día siguiente me dispuse a irme a la entrevista, ¡pero llegué tarde! Nunca llego tarde a las entrevistas ni a los trabajos, pero se me complicó la cosa y no sé como, llegué unos cinco minutos tarde. La chica no se había dado cuenta, pero a mí a veces me puede la sinceridad y me disculpé por llegar tarde, me inventé que se me había estropeado el coche y había tenido que ponerle las pinzas y que por eso había llegado un pelín más tarde. La chica, aparentemente, fue comprensiva, viendo que yo estaba bastante molesta por llegar tarde y con interés por trabajar en la tienda. Me explicó las condiciones, en un principio era un contrato de 10 horas, para cubrir fines de semana, vacaciones, y bajas, cobrando a 6€ la hora, con un periodo de formación de dos semanas, 4 horas por la mañana todos los días y el domingo el día entero, empezando a estar sola el segundo domingo.

Luego me preguntó si había trabajado con niños y de dependienta, y me hizo tres pruebas. Me hizo elegir varios juguetes poniéndome un ejemplo de una clienta que venía buscando un juguete para trabajar la motricidad fina para un niño de seis años. Me puso dos ejemplos y luego me hizo envolver con papel de regalo dos artículos (eso lo hice fatal). Me dijo que le había gustado mucho porque le parecía una chica muy agradable, con ganas de trabajar en esa tienda y con disponibilidad para trabajar los fines de semana. Ese mismo día o al día siguiente me llamaría para decirme si me había seleccionado. Finalmente, esa misma tarde me llamó para decirme que no me había seleccionado. Seguramente fue por llegar tarde a la entrevista. ¡Me puse muy triste! Había desaprovechado la segunda oportunidad que me había dado el mundo.

Ese mismo día me llamó la hija de la señora, que habían visto que no se valía por sí misma, así que querían conocerme, con lo cual concertamos una cita.

Al día siguiente, me llama la chica de la juguetería para preguntarme si me seguía interesando el empleo, ya que le había fallado la primera chica, le dije que por supuesto que me interesaba (evidentemente me molestaba ser una segunda opción, pero más valía eso que no ser ninguna). Me dijo que le mandase todos lo papeles para poder empezar al día siguiente.

Así que pasé de no tener ningún empleo, a tener uno que resultó ser un timo, a tener tres.

Durante los meses de verano apenas voy a la casa de la mujer, voy dos días a la semana cinco horas y por las tardes no voy, ya que están de vacaciones, y no están. En la juguetería empecé el jueves, así que hoy es mi cuarto día y estoy muy contenta, porque el primer día ya estaba cobrando, el segundo ya cobraba sola y el tercero ya hice venta sugerida por mí misma a dos clientes, consiguiendo que se llevaran cuatro artículos cada una, y cobrando yo sola. Con la señora empiezo a partir del día 19, ya que será cuando finalice mi formación en la juguetería y empiece mi horario normal de fines de semana.

Pero claro, como realmente nunca me sonríe la suerte, pienso que tarde o temprano me va a explotar en la cara, porque de momento puedo compaginarlo todo, pero en septiembre cuando empiecen los niños el colegio otra vez, no sé cómo voy a hacer para compaginarlo todo. Si me vuelve a llamar el padre del nene, y la madre de la nena, perfectamente puedo compaginarlo con lo de cuidar a la señora y la juguetería, pero no puedo compaginarlo con lo de ser empleada de hogar de la mujer, ya que me tiene ocupada todos los días, y tengo que estar a su disposición fines de semana y otros días de las semanas que no me toca trabajar en esa casa, debido a que puede que tenga que irse de viaje.

Realmente me tiene un poco preocupada esto, pero no me quiero preocupar ahora, ya que aun quedan dos meses para que empiecen los niños, así que quiero disfrutar de mi felicidad, aunque sea poco tiempo. Ahora estoy ¡SUPER MEGA HIPER FELIZ! Sólo me falta quedarme embarazada para añadir ¡EXTREMADAMENTE FELIZ!

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Me crispa la moral…

El título de la entrada lo dice todo. La semana pasada alguien consiguió crisparme mucho la moral, tocarme mucho los…y me mordí la lengua para no contestarle de mala manera. Voy a empezar por el principio de la historia.

Hace dos semanas me tocaba trabajar cuidando al niño. Como todos los días lo recojo del colegio, y vamos a su casa, pero al llegar allí, ¿cuál es mi sorpresa? !Que estaba el padre allí! El padre tiene un morro, sale antes del trabajo cuando le da la gana y su hijo le importa una gran mierda, y ahora a medida que os cuente, lo vais a ver.

El padre estaba allí porque había quedado con el técnico del gas. Pero una vez el técnico se fue, me empezó a mandar tareas absurdas.

A ver os voy a explicar unas cuantas cosas que son necesarias para que entendáis mi postura:

1. No viven en esa casa. Antes de navidad empezó unas obras que se alargaron hasta febrero, la casa estaba patas arriba. Una vez han terminado las obras, la casa ya está limpia, pero ellos siguen sin vivir ahí.

2. A raíz de que el niño suspendiera dos asignaturas, él habló conmigo y quedamos que iba a estar con el niño y no iba a limpiar más.

Continuo con lo que pasó hace dos semanas. Me mandó poner lavadoras de cojines, hasta ahí normal, pero es que lo absurdo viene cuando los saca a la terraza y los deja ahí todos estos días, ¿qué ha pasado? Que se han vuelto a ensuciar, normal, si no viven ahí. Pero es que no es la primera vez que me manda tareas absurdas. Cuando estaban de obras me hizo limpiar el polvo, barrer en sitios donde los obreros estaban haciendo obras día tras día. Me hizo limpiar la nevera y una semana más tarde me volvió a hacer limpiar la nevera (tiré un montón de comida caducada, cosas enteras, me dio mucha pena y se lo digo y me dice ¿ah sí?), me ha hecho limpiar armarios y cajones por dentro, o limpiar sobre limpio. Pues ese día, me mandó limpiar los armarios donde tenía los productos de limpieza, y se fue a trabajar de nuevo  !jugar al pádel!

Pues bien, esta semana no me dijo nada de que limpiase. Me salí a la terraza (ya que él me lo dijo el día anterior) porque hacia un estupendo día, me senté en el sofá que tienen y estuve en la gloria, mientras controlaba al niño con los deberes y de pronto llegan él y la novia sargento, me miran y se ponen a hablar con el niño y se vuelven a ir, porque el niño no había terminado los deberes ni había estudiado. Cuando volvió me dijo que mientras el niño hacía deberes yo tenía que estar limpiando, que no podía estar parada aunque él no me dijera que limpiara, que barrer y limpiar el polvo sabía hacerlo, ¿o no?, me pregunta, como si yo fuera tontita, o él supiera lo que es barrer y limpiar el polvo, ¡flipante!

Mi indignación viene porque no cumple su palabra, su hijo necesita mucha atención, porque se despista con una mosca y se queda empanado, y necesita a alguien constantemente diciéndole ¡vengaaaa! Además de que me pisotea y me humilla constantemente, como que soy inferior que él, cuando yo tengo una carrera y media y él no tiene nada, y es más tonto que mi culo, creído, egocéntrico, egoísta, niñato y tacaño, lo tiene todo, además trata y habla fatal a su hijo.

Ya llevo trabajando en esta casa nueve meses, y me he ido fijando en comportamientos y actitudes del padre hacia su hijo, feos, humillaciones, chillidos por tonterías, o simplemente pasar de él, como preferir irse al gimnasio o a jugar al pádel antes que estar con el niño o no comprarle ni merienda, el niño ha estado comiendo sobras que habían en la casa, hasta que no ha quedado nada y me ha tocado prepararle de mi casa la merienda, algo que tampoco me ha pagado el padre.

A medida que he ido teniendo más confianza con el niño he ido indagando en su opinión hacia la situación en la que vive, ya que me recuerda mucho a mí, y sé que no es fácil vivir una situación en la que los padres están divorciados, se odian a muerte y encima pasan de ti o te tratan como la mierda número one. El padre lo machaca mucho con los estudios, en mi opinión demasiado, con un horario muy rígido, cuando suspende o hace alguna cosa mal (la mayoría tonterías sin importancia), le grita y le machaca, diciéndoselo una y otra vez, una y otra vez. En mi opinión no es la mejor manera de educar a un niño.

Pues bien, la semana pasada, harta del trato que el padre tiene hacia mí le dije que igual al año que viene no estaría con él. Sorprendido me preguntó el por qué, y le dije que para todo lo que hacía yo, su padre no me pagaba suficiente, contando con que en la otra casa, casi me pagan el doble. Entonces el niño me dijo, pero te ha pagado gasolina, y le desmentí que eso fuera cierto, ya que me dijo que me pagaría la gasolina y no ha sido así (yo hago dos viajes: de mi casa al colegio, que no está cerca precisamente, y del colegio a casa del niño, que tampoco está cerca precisamente), y me dijo pero te ha dado productos de su empresa, y le desmentí eso también diciéndole que los había pagado, con lo cual el niño alucinó sabiendo la verdad. En ese momento explotó, diciendo que no le parecían bien algunas actitudes de su padre, como que no me pagara más, o que se fuera a jugar al pádel en vez de estar con él, o que lo humillara cuando suspendía una asignatura y se lo fuera contando a todo el mundo, dejándolo en ridículo, y que no le caía bien la novia sargento, porque le mandaba mucho, y le exigía demasiado, como quedarse a estudiar fuera la hora que fuera, porque no se lo sabía.

Este fin de semana es el primero que voy en estos nueve meses, porque el niño me ha reclamado, pidiéndole al padre que fuera a ayudarle con los exámenes finales que tiene. Ese día el niño no estaba muy concentrado, ya que había dormido siesta y estaba adormilado, y su padre encima no dejaba de dar por culo saco, haciendo llamadas de teléfono donde estábamos nosotros ¿creéis que ese es el espacio más idóneo para poder concentrarse y estudiar?, paseándose cada dos por tres y preguntándome si ya se lo sabía todo. En una de esas veces, ¡le echó una bronca monumental por haberse aprendido en una hora y media solo seis páginas! Cuando el padre se fue, el niño rompió a llorar, y se bajó a la terraza. A los minutos me bajé yo para hablar con él, le intenté consolar y que volviera un poquito más al estudio, poniéndose las pilas 100%, y lo conseguí.

El niño es muy bueno, es amable, cariñoso, muy caballero, maduro, con muy buen fondo, pero se nota que tiene mucha ira contenida, que no saca de normal, pero que cuando salta, actúa de forma agresiva, pegando patadas o puñetazos a objetos, y eso a la larga es algo que le va a perjudicar anímica y socialmente. Por otra parte, me da mucha pena, porque me siento muy identificada con él, y probablemente, en un futuro, como sus padres sigan con esa actitud hacia el, actúe igual que yo hacia ellos. Tenemos una gran conexión, hemos ido adquiriendo cada semana más confianza y ahora lo trato como si fuera mi hijo, no me duele el hecho de prepararle merienda de mi casa y que el padre no me la pague, porque me importa más el niño (que no tiene culpa ninguna) que el dinero que pueda suponerme, se la preparo gustosamente como si de mi hijo se tratase. No sé como va a terminar este niño en un futuro…

Trabajo

Bueno como os anticipé en la anterior entrada, he encontrado dos trabajos gracias a mis amigas las marchosas.

El primer trabajo que conseguí hace un mes y medio, fue el de cuidar a un niño ¡o eso le hizo creer el vecino a mi amiga marchosa 2! dos días a la semana, cada dos semanas (porque tiene la custodia compartida con su ex mujer).

El hombre me llamó por teléfono y me contó un rollo patatero, y yo lo único que decía era, sí, sí, o nada, para al final decirme que me llamaría otro día de esa semana para quedar y conocerme, y que conociera a su nueva novia. Unos días después me llama para que nos conozcamos en su casa.

Llego a su casa, toco al timbre y no me abre nadie, así que me espero y de repente veo llegar un coche descapotable y me dice sube. En un principio la verdad es que yo soy bastante desconfiada, y estuve a punto de decirle no no voy caminando (ya ves tú era ir hasta su casa que son dos metros.) Bueno primeramente os voy a contar que es una urbanización con muchos adosados, y que tienen garaje privado cada uno de ellos, por eso lo de ir en coche hasta su casa.

Finalmente me subí, y cuando llegamos la casa estaba sin nadie, es decir, que la mujer no estaba. Me explicó que no vivían juntos porque… y me pregunta ¿qué es lo que más desea una mujer? y me quedé con cara de tonta pensando ¿será una pregunta trampa? así que le dije no sé, y me dice ¡hombre pues un gran ropero! Pues hocarries-new-closet-2-511x288mbre yo como mujer no es lo que más deseo, pero vamos que si me dan un ropero a lo Sexo en Nueva York 2, pues no digo que no eehh.
En fin, que no vivían juntos porque la mujer quería un gran ropero y hasta que no se lo construyeran no iba a irse a vivir allí, así que estaban entre casa de ella y casa de él y otra casa que tienen por ahí.

Luego me explicó que realmente él lo que quería era una chica con coche propio para ir a recoger a su hijo al colegio (el colegio está un poquito lejos de donde vive el padre), darle de merendar de 17-18, de 18-19 que el niño hiciera deberes y de 19-20 que el niño estudiara, a partir de las 20 el niño tenía que ducharse y ponerse el pija, para cuando él llegase de trabajar cenar juntos. Mientras el niño hacía deberes y estudiaba tenía que limpiar o planchar, según él me fuera diciendo. En ese momento me pregunta ¿tú sabes limpiar y planchar? y sin dejarme contestarle dice, bueno eres mujer, claro que sabes limpiar y planchar. ¡Me quedé con cara de poema ante ese comentario tan machista! Pero bueno, me callé, no iba a decirle nada cuando quería conseguir el trabajo. Finalmente me dijo que ya me llamaría para decirme si me contrataba o no.

Unos cuantos días después me llama diciéndome que empiezo el lunes, que vaya a su casa que iremos juntos al colegio del niño, que me enseñará dónde tengo que recogerlo y luego que me enseñará la casa. Llegamos al colegio, me presente a la profesora y le dice que a partir de ese día voy a ser yo la que recoja al niño. Al llegar a su casa me dice que lo primero que tengo que hacer es darle la merienda al niño, y puntualiza que él es una persona que le gusta mucho la comida sana, por eso le da merienda sana a su hijo, nada de un vaso de leche con galletas, mejor un bocadillo de fiambre con un zumo, pero de repente le da donetes con rosquilletas y un batido de chocolate ¡toma ya pedazo de merienda sana! Primera incongruencia de una larga lista que me ha hecho. Luego me enseña toda la cocina, donde están los productos de limpieza, me enseña los cuartos, los armarios para que sepa donde va cada prenda de ropa. Es una persona maniáticamente ordenada, tiene las camisas ordenadas y colgadas por colores, calzoncillos blancos por un lado, de colores por otro, calcetines largos por un lado, de deporte por otro y pantalones por otra parte. Todo, absolutamente todo de marca, ¡por supuesto! Luego en los cajones tiene camisetas de deporte por un lado, camisetas que no son de deporte por otro lado, y sueters. El niño totalmente igual y por supuesto, todo, todo de marca también. Y lo plancha todoooo, cuando digo todo, es todo, hasta las sábanas, los pijamas y los chandals de algodón, ¿quién plancha las sábanas cuando las vas a arrugar al dormir, o el pijama cuando también lo vas a arrugar al dormir? Y lo mejor de todo ¿quién te va a ver las sábanas o el pijama?

Ayer justamente me hizo una lección de como se planchaba. Me dice ¿quieres ver cómo plancho yo? mira hago así y le doy una pasadita, pero en plan rápido, tampoco tiene que quedar perfecto. Le digo yo, pero así generas arrugas debajo y me dice no pasa nada lo zarandeas un poco y ya se van ¡ves! Pero vamos que yo tampoco tengo mucha idea de planchar, no me hagas mucho caso. ¡Mmmm valeeee!, pensé yo. Luego me volvió a repetir otra vez donde iban las cosas, se ve que algo mal le he puesto, normal y lógico, si es que tiene mil cosas y cada una va en un sitio, acabo loca. Luego llegó la lección de plegar pantalones ¡sí, también tiene una técnica para plegar pantalones! Es muy maniático.

Pero lo que más gracia me hizo de ayer fue que yo le dije el primer día, y el segundo porque me volvió a preguntar (es una persona que te pregunta 20 veces la mismas cosas, creo que no escucha o tiene memoria de pez) lo que había estudiado. Pues ayer le dije que en muchas entrevistas de empleo me preguntan que teniendo una carrera por qué busco trabajo ahí, y me pregunta con cara de asombro ¿ah, pero qué tú tienes una carrera? y yo sí, soy educadora social y tengo dos años de magisterio, y me dice ¿educadora social? Eso…¿eso es una carrera carrera? (no es un pasatiempos, ¿a ti qué te parece?), y le respondo yo, sí, claro, y me vuelve a preguntar ¿de cuántos años es? y le digo, de tres, es una diplomatura (ya no, ahora son cuatro, pero cuando yo me la saqué no existían todavía los grados), y se fue con cara de poema.

Luego, ya para rematar, mientras su hijo intentaba estudiar, porque no le dejaban al pobre concentrarse, le dice oye te has enterado que han tirado a fulanito (el entrenador de un equipo de fútbol), y el niño le dice, sí, sí, menos mal, ya era hora ¿papá y ahora quién es el entrenador? Pues hijo, el suplente, estoy por presentarme yo a entrenador ¿te gustaría que fuera yo el entrenador? Que guay papá. Pero no nos veríamos, porque viajaría mucho… bueno la sarta de tontería sobre este tema duró un ratito más, pero no voy a contar toda la conversación.

Pero luego hubo otra jugadita de hombre inmaduro. Estaba yo hablando con el niño, explicándole una cosa, y el padre estaba preparándole la bolsa con ropa porque se iban a dormir a casa de la mujer, ya que iban a empezar las obras del vestidor, y me dice mira que guapo va mi chico con calzoncillos de calvin klein, y yo hablando con el niño, y me vuelve a decir miraaaa, ¿a qué están chulos? y yo sí sí muy chulos. El hombre en conclusión me parece muy majo, pero muy estresante en algunos aspectos.

Respecto al niño que tiene diez años, el primer día se portó fatal, creo que estaba midiendo mi paciencia. Hizo saltar la alarma de la casa (él se sabe los números y tiene que ponerlos cuando abrimos la puerta), luego no me hizo caso cuando le dije que ya tenía que irse a hacer deberes, y me pegó unas cuantas contestaciones que no me gustaron mucho. A la semana siguiente ya se portó mejor, pero tiene contestaciones en plan borde que no me gustan nada, pero cuando le digo que a mí no me hable así, me pide perdón. Luego tiene comentarios de niño pijo consentido, como ayer meterse con mi coche porque era viejo (pues mira niño pijo, me lleva a los sitios, no me hace falta nada más), o decirme que chafo huevos conduciendo  (evidentemente no voy a ir a toda hostia, cuando la vida de una persona depende de mí, además de que yo conduzco respetando todas las señales de tráfico).

Luego tirando carteles en esa misma urbanización, la madre de una niña de siete años me llamó para darle clases particulares de matemáticas. Resulta que la niña va a un colegio muy pijo y de mucho nivel y le exigen mucho más que en otros colegios, y la abuela (que es la persona que cuida de la niña), no llegaba a explicarle y a hacerle entender a la niña las matemáticas. Me citó la madre para conocernos y explicarme un poco. Me pareció muy pero que muy simpática y me paga muy bien la verdad. La niña se le veía muy educada y muy formal, la abuela también muy maja, pero apenas traté con ella ese día. En un principio me contrataba para un día a la semana una hora, para probar a ver cómo iba la niña. Pero al final me llamó para que le diera dos días a la semana una hora.

La niña está dando sumas, restas llevando y problemas. Las sumas las llevaba bien, pero las restas y los problemas no. Así que le enseñé una técnica que se me ocurrió días antes, sin saber si le iría bien o no. En un principio parecía que le liaba un poco, y no se atrevía a hacerlas sola, siempre me pregunta, pero al día siguiente cuando volví, me contó que le había estado enseñando la técnica a su padre, a su madre y a su abuela, y me hizo el ejemplo de cómo había que hacer la resta. ¡Me quedé atónita! ¡Me alegré muchísimo, y me llenó de satisfacción y alegría que funcionase! La verdad que cuando veo que la gente aprende cuando doy clases me llena mucho de satisfacción. El año pasado di un curso de un mes a inmigrantes del idioma de mi ciudad y la verdad que no tenía mucha esperanza de que en un mes fuera a dar tiempo a que aprendieran cosas, pero resultó que salieron sabiendo traducir frases al castellano, y diciendo muchas palabras en el idioma. ¡Una gran alegría para mí la verdad!

Bueno, ese día al ver que las restas las llevaba muy bien, me puse con los problemas, y la verdad que empezó no estando segura de si tenía que sumar y restar y le hice comprender por qué tenía que sumar o restar y terminó la hora, sin dudar de si tenía que sumar o restar. Luego la abuela me volvió a comentar que muy bien con la técnica que le había enseñado para hacer restas, que estaba muy contenta. ¡Más contenta estaba yo, me fui con una gran sonrisa!

Luego he tenido algunas entrevistas que no han ido a buen puerto. Una de ellas fue para dar clases particulares a otra niña de la misma edad y también de matemáticas. El padre me dijo que no iba a mirar más profesores, que se quedaban conmigo, que tenían una reunión con la profesora y le iba a consultar si valía la pena pagar una profesora particular ahora o mejor ya a principios de enero, que ya me diría algo.

Viendo que no me decía nada, le pregunto qué tal fue la reunión. Me dice que muy mal, que los exámenes estaban chupados, que no entendía por qué la niña los hacía mal, que igual era falta de concentración  (evidentemente era eso, porque la niña en casa estudiaba en el comedor con la tele puesta y el hermano, que es un bebé jugando con cantacuentos, y juguetes que hacen ruido, y así es imposible que la niña se concentre y preste atención). Que la profesora les había recomendado una profesora particular, que aun quedaban unos cuantos exámenes que podían salvarle el trimestre. Luego me dijo que quería quedar conmigo para hablar de algunas cosas como el precio y las horas, le dije que vale, que cuándo le venía bien quedar y me dijo que lo consultaría con su mujer y ya me diría algo. Pasaron los días y no me dijo nada, así que le pregunté, no me contestó y al día siguiente me pone que se lo iban a pensar que ya me dirían algo. No sé qué pasó…

Otra entrevista que tuve fue para cuidar a un bebé por la mañana porque la madre se iba a hacer una operación de estética e iba a estar convaleciente. La mujer me dijo que tenía a otra chica, pero que le gustaba más yo, así que después de estar una hora o así con ella y el bebé hablando, quedamos para empezar el día 1 de diciembre, osea hoy. A los dos días me manda un mensaje diciéndome que al marido le parecía mejor la otra chica, así que se quedaban con ella.

Luego hice una entrevista para cuidar a otro bebé, la chica me dijo que tenían a varias chicas, que se decidirían esta semana por una. Hoy me ha llegado un mensaje que habían cogido a otra chica.

Finalmente, encontré a una mujer que necesitaba a una chica para limpiar su casa un día a la semana tres horas. Me pidió el currículum y referencias. Pasaron unos cuantos días y me mandó un mensaje que no le había llegado ningún currículum mío y le dije que hasta la semana siguiente no veía al hombre que me podía dar las referencias, la verdad que noté  interés, así que le pedí al padre del niño si me podía hacer una carta de recomendación. No me puso ningún problema y al día siguiente me mandó por email la carta. Me llamó por teléfono para preguntarme si me había gustado la carta (fue una carta muy breve, pero muy bien redactada la verdad), le dije que sí, y me dice ¿has visto cómo redacto? ¿A qué redacto bien?

Al mandarle a la chica la carta y el currículum no me dijo nada, así que le pregunté por qué no me había dicho nada, y me dijo que si podía ir el viernes a probar tres horas. Cuando fui, vi que estaba embarazada y por eso quería a una chica que le limpiase, me dijo que le tiraba mucho el contratarme porque vivía un poquito lejos de donde vivía ella (a 15 minutos), que igual no me valía la pena, luego me dijo que teniendo una carrera no entendía porque limpiaba casas, y le dije que no se me caían los anillos, que a día de hoy necesitaba mucho un trabajo, así que me daba igual limpiar casas, que cualquier otro trabajo. También me dijo que había estado hablando por teléfono con el padre del niño y que le había hablando muy bien de mí.

La verdad es que me dio tiempo a limpiarle la casa en tres horas, yo creo que se la dejé muy limpia (me esforcé mucho por limpiar todos los muebles de polvo, limpiar rincones, quitar muebles para limpiar por detrás, etc.). La mujer me pagó y me dijo que le quedaban dos chicas por probar, que ya me diría algo. Me pareció una chica muy maja, además muy parecida a mi tía, muy de energía positiva, incienso, yoga, etc. La verdad que me fui muy contenta y positiva. Aun no me ha dicho nada, a ver si me contrata, que aunque esté a 15 minutos sí me compensa el dinero que me paga.

Así están las cosas de los trabajitos que me van saliendo. Cuando pasen las vacaciones, me iré a tirar carteles de cuidar niños o dar clases particulares, porque con el primer trimestre ya terminado, seguro que muchos niños necesitan clases particulares.

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